19ABRIL1810 | Cabildo de Caracas destituye al Gobernador y Capitán General de Venezuela iniciando el camino a la Independencia


19 de abril de 1810. Óleo de Juan Lovera, 1835. Colección del concejo Municipal de Caracas
Tras la firma del Acta de la Junta Suprema de Caracas se estableció la supresión de las autoridades

Prensa MPP- Despacho (Ricardo Antequera/ 19.04.22).- El 19 de abril de 1810 el Cabildo de Caracas depuso en el mando al Gobernador y Capitán General de Venezuela, Vicente de Emparan. Decididos a conquistar la soberanía del pueblo, un grupo de caraqueños valientes proclamando el desconocimiento de las autoridades que en España gobernaban en nombre del rey, cautivo en Francia, detuvieron a Emparan en la entrada de la iglesia Catedral, lo obligaron a asistir al Cabildo, y lo destituyeron del mando para conformar una junta de gobierno integrada por criollos.

Ese día era jueves santo, y el gobernador se disponía a asistir a la misa en la Iglesia Catedral. En la entrada del recinto lo detuvo el caraqueño Francisco Salias, quien lo tomó por el brazo impidiéndole ingresar, y lo increpó a asistir al Cabildo. Emparan al observar que el comandante de la milicia formada frente a la iglesia no impidió el asalto hacia su persona, se dejó llevar al Cabildo. Allí lo esperaba una reunión extraordinaria organizada sin su autorización, que lo sometió a la consulta ante el pueblo caraqueño reunido en la Plaza mayor.

Antecedentes históricos inmediatos

Después de la derrota en la Batalla de Trafalgar, el emperador francés Napoleón Bonaparte se propuso bloquear todos los puertos del continente europeo para cortar las líneas de comercio con Gran Bretaña. Portugal que era aliada de Inglaterra no aceptó la medida, por lo que Napoleón decidió invadirla. A principios de 1808 La Grande Armeé atravesó la Península Ibérica por el territorio de sus aliados españoles, estando en España, el emperador decidió ocupar toda la península. En Bayona, Napoleón obligo al rey Carlos IV a abdicar la corona en favor de su hijo Fernando VII, de quien Napoleón también obtuvo su abdicación, para nombrar a su hermano José Bonaparte como monarca de España e Indias. Esto produjo una crisis política en el seno de la monarquía española, que muy pronto se extendió hasta las colonias de ultramar.

Otro factor que influyó en los sucesos del 19 de abril de 1810, fue la Conspiración de los Mantuanos ocurrida en Caracas a finales de 1808. En esa ocasión un grupo de mantuanos, el estamento económico-social más poderoso de la sociedad colonial, participaron en reuniones secretas en la casa de campo de la familia Bolívar en las orillas del Guaire, y en la casa de José Félix Ribas, para proponer la instauración de una Junta Suprema en Caracas, al estilo de la de Sevilla, para regir los destinos de la Capitanía General de Venezuela.

La noticia que desencadenó los sucesos

Entre el 12 y 14 de abril arribó a Puerto Cabello el bergantín Palomo que zarpó de Cádiz el 3 de marzo y traía las noticias de la caída de Sevilla, del inminente avance de los franceses sobre Cádiz, y de la instalación del Consejo de Regencia. Cuando se conoció en Caracas la instalación de la Regencia que gobernaba en nombre del rey, la noticia causó conmoción entre los caraqueños, especialmente entre los que habían participado en la conjura dos años atrás.

La conspiración latente de los criollos se destinaba a tomar parte activa y determinante en los hechos que se desencadenaron posteriormente. "El impetuoso ardor de los jóvenes caraqueños decidió la marcha de los sucesos y marcó con su sello indeleble los destinos del Continente Americano. Reunidos algunos de aquéllos, el 18 de abril, en la casa de Manuel Díaz Casado resolvieron intentar un golpe al día siguiente y aprovechando las festividades del jueves santo, deponer las autoridades y establecer un nuevo gobierno en nombre de Fernando VII, con el fin de no alarmar prematuramente al pueblo, gobierno que presidiría, al principio por lo menos, el propio Capitán General" (Caracciolo Parra Pérez. Historia de la Primera República de Venezuela).

En comparación con la frustrada conspiración de 1808, los caraqueños se habían asegurado el apoyo de un buen grupo de jefes militares de los batallones de milicias. También contaban con el respaldo de gremios de intelectuales, artesanos y sacerdotes que formaban parte importante del estamento social de la época. En la madrugada de aquel día decisivo se reunieron los conspiradores en la casa del Dr. José Ángel de Álamo, los Montillas, Ribas y otros jóvenes recorrieron la ciudad conminando al pueblo para reunirse en la plaza principal.

19 de abril de 1810 génesis de la Independencia

Aquel jueves el Cabildo de Caracas hizo su primer acto revolucionario: reunirse ilegalmente, sin la convocatoria previa del Gobernador y Capitán General, que era el único facultado para hacerla. A las 8 de la mañana los regidores Valentín de Ribas y Rafael González invitan a Emparan a presidir la asamblea. Acto seguido tomó primero la palabra José de las Llamozas explicando que había convocado el Cabildo en virtud de la victoria francesa en España, del cautiverio de Fernando VII y de la extinción de la Junta Central de Sevilla, circunstancias que obligaban al establecimiento de un gobierno que fuera representativo del pueblo venezolano, y que ejerciera la soberanía reasumida por el mismo pueblo. Seguidamente, Martín Tovar argumentó que el pueblo se negaba a reconocer el poder del Consejo de Regencia, por no considerarlo legítimo.

La respuesta de Emparan fue que era falso que no existiese gobierno central, y que era una imprudencia no acatar la legítima autoridad ejercida por la Regencia. Otros argumentos esgrimió a favor del statu quo, con los que al parecer convenció a los cabildantes, a quienes invitó a participar sin pérdida de tiempo a la celebración de los oficios religiosos. A la salida de Emparan y su cortejo de la casa municipal los jóvenes Salias, Montillas y Ribas, que estaban ubicados en diferentes puntos de la Plaza mayor, comenzaron a gritar "¡A cabildo, a cabildo!".

Francisco Salias avanza rápidamente hacia la puerta de la Catedral, y cuando Emparan se disponía a entrar al templo, lo toma con firmeza por el brazo y lo detiene diciéndole: "¡Os llama el pueblo a cabildo, Señor!". El capitán Luis de Ponte, que estaba al frente de guardia que rendía los honores impidió que los soldados hicieran uso de las armas. El Capitán General y el Ayuntamiento no tuvieron otra opción que seguir a Salias hacia la casa consistorial; así se consumó el golpe de mano contra Emparan.

La Junta Suprema de Caracas

El poder político y militar de la provincia quedó en manos del Ayuntamiento de Caracas, que inmediatamente procedió a la instalación de una Junta Suprema Conservadora de los Derechos del Rey Fernando VII, que se conoce como la Junta Suprema de Caracas. Seguidamente se redactó un acta que fue firmada por las autoridades depuestas. En esta acta se daba fórmula jurídica a la creación del nuevo gobierno, y se establecía que el Gobernador y Capitán General, el Intendente de Ejército y Real Hacienda, el Subinspector de Artillería, el Auditor de Guerra, así como también la Real Audiencia cesaban en el mando, y quedaban suprimidas como autoridad.

La Junta se instaló el 25 de abril bajo la presidencia de los alcaldes ordinarios José de las Llamosas y Martín Tovar Ponte, y la vicepresidencia de Isidoro López Méndez. También fueron incorporados como integrantes los representantes del pueblo Juan Germán Roscio, José Félix Sosa y Francisco Xavier Ustáriz, el representante de los pardos José Félix Ribas, los representantes del clero José Cortes de Madariaga y Francisco José Ribas, el general Juan Pablo Ayala, y el comandante de armas Fernando Rodríguez del Toro. Desde su instalación, la Junta mostró signos del ejercicio pleno de la soberanía, al realizar cuatro nombramientos para regir el gobierno: Juan Germán Roscio como Secretario de Relaciones Exteriores, Nicolás Anzola como Secretario de Gracia y Justicia, Fernando Key Muñoz como Secretario de Hacienda, y Lino de Clemente como Secretario de Guerra y Marina.

El 27 de abril, la Junta Suprema de Caracas se dirigió a los Ayuntamientos de todas las capitales americanas invitándolas a contribuir a la grande obra de confederación hispanoamericana: "Una es nuestra causa, una debe ser nuestra divisa: fidelidad a nuestro desgraciado monarca; guerra a su tirano opresor; fraternidad y constancia". Para garantizar la continuidad del nuevo orden político la Junta Suprema envió comisionados para invitar a la adhesión al resto de las provincias que conformaban la Capitanía General de Venezuela. De manera sucesiva las provincias de Cumaná, Barcelona, Margarita, Barinas, Mérida y Trujillo se pronunciaron favorablemente a los sucesos de abril. Por su parte Maracaibo, Coro y Guayana optaron por mantenerse fieles al mando de la monarquía española.

Foto: 19 de abril de 1810. Óleo de Juan Lovera, 1835. Colección del concejo Municipal de Caracas.


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