Ultraderecha continental pretende imponer hegemonía en VIII Cumbre de las Américas



El liderazgo que transformó la región. La convergencia de líderes de la más alta jerarquía moral dio un nuevo aliento a las relaciones de respeto y solidaridad entre los países del hemisferio. Los inmortales Hugo Chávez, Fidel Castro y Ernesto Kirchner, acompañados por Evo Morales, Lula Da Silva, Rafael Correa y Fernando Lugo pudieron contrarrestar los planes hegemónicos del imperio norteamericano y el capital transnacional

Prensa Correo del Orinoco. (Nydia Egremy/8.04.18).- La VIII Cumbre de las Américas, cita trianual de jefes de Estado y de Gobierno del continente, se efectúa en un clima dramático para la democracia y gobernabilidad. En Perú, país anfitrión, ha dimitido el presidente Pedro Pablo Kuczynski acusado de corrupción y es irónico pues el eje temático la reunión es "Gobernabilidad democrática y corrupción". Donald Trump ha insistido en asistir y hacer su primera visita a la región, donde sus antecesores y él han prodigado multimillonarios fondos para la desestabilización. Así, mientras la Cumbre avala proyectos rentables para las corporaciones, grupúsculos patrocinados por EE.UU. atizan la violencia.

En abril de 2015 la VII Cumbre de las Américas se realizaba en un clima de gran expectativa ante los nuevos cambios geopolíticos en el continente. Cuba asistía por primera vez a esa cita y los 35 Estados miembros celebraban el histórico encuentro entre el presidente cubano Raúl Castro y su homólogo estadounidense Barack Obama. Todos confiaban en el inicio de una nueva era y que, pese a desacuerdos internos, ganaría la cooperación y la región lograría atender sus retos.

No fue así. Hoy en "Las Américas" como Washington llama al continente-, dominan la fragmentación y el desencanto y en ese marco comienza la VIII Cumbre en Lima. Sus verdaderos beneficiarios son las corporaciones trasnacionales y las élites regionales, los mismos que repudian cualquier política que limite al neoliberalismo y de ahí su odio a los gobiernos progresistas. Al servicio del gran capital, el Departamento de Estado de EEUU (DoS, en inglés) ha creado y financiado una red de supuestas organizaciones de la sociedad civil (OSC), para que operen la agenda imperialista en la región.

Los principales ingresos provienen de agencias de EE.UU. y europeas de conocida trayectoria injerencista. En una estrategia camaleónica, patrocinadores y OSC beneficiadas disfrazan sus objetivos subversivos y usurpan las que han sido históricamente agendas humanistas de la izquierda: respeto a los derechos humanos, libertad de expresión, de reunión y asociación, derechos de minorías, transparencia gubernamental, atención a comunidades marginadas, acceso a nuevas tecnologías, elecciones libres y democracia efectiva, entre otras.

Así, las OSC parasitarias operan bajo la cobertura de esos principios irreprochables. Sin embargo, ninguna de ellas ha exigido a EE.UU. el fin del bloqueo contra Cuba, ni ha denunciado las públicas prácticas de acaparamiento de comerciantes venezolanos o reclamado el respeto a los derechos humanos de inmigrantes mexicanos en EE.UU. Es claro y notorio que para esas OSC su objetivo es trabajar de forma solapada para subvertir el orden en países no gratos a la potencia hegemónica. Por eso, sus miembros irán a la Cumbre de Lima para montar provocaciones.

Así lo anunció el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, el pasado 23 de marzo. En su irrefrenable campaña de odio contra los pueblos soberanos, ese republicano urgió al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a respaldar la exclusión de la Cumbre al presidente cubano Raúl Castro. Esas mismas fuerzas intolerantes y violentas, estuvieron detrás del retiro por parte del Gobierno de Kuczynski, de la invitación al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para acudir a la Cumbre.

Subversión financiada

Hace años que agencias extranjeras usan a OSC patrocinadas para socavar la gobernabilidad en Cuba, armar conflictos violentos en Venezuela, profundizar divisiones en Bolivia, alentar el descontento en Ecuador y usar a terceros países para alentar actos subversivos. Su modus operandi de esas agrupaciones es claro: emiten críticas implacables por supuestos agravios a DD.HH., políticas económicas, elecciones u otros temas sensibles, a través de medios opositores contra gobiernos no gratos a Washington. Su agenda provocadora busca minar a esos gobiernos.

En años recientes ha evolucionado el perfil socioeconómico de los líderes visibles de esas OSC. De los encrespados contrarrevolucionarios de La Florida de antaño, hoy los dirigentes visibles son profesionistas y egresados de universidades. Algunos poseen experiencia político-electoral, otros tienen vínculos con líderes radicales y otros son hábiles con las relaciones públicas. Todos son útiles para el capital trasnacional y las élites de los países donde se asientan.

EEUU es el principal financiero, en particular el Departamento de Estado (DoS) que este 2018 ejerce un presupuesto de 59,7 millones de dólares. Tajada importante de ese presupuesto se destina a los programas desestabilizadores en nuestra región, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la National Endowment for Democracy (Donación Nacional para la Democracia, NED).

Así, las OSC y sus liderazgos reciben cientos de miles de dólares a cambio de socavar gobiernos, con discursos de apoyo a la democracia y ayuda a minorías. Los miembros más radicales de esas organizaciones han anunciado que enviarán a la Cumbre de Lima para incendiar los ánimos contra los gobiernos progresistas. De ahí la amenaza del gobernador de Florida. Por ello, merece asomarse al clandestino universo de las OSC. Aquí las más peligrosas por su poder de penetración:

Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia (REDLAD), que ejecuta tres proyectos para la VIII Cumbre, los financia el (DoS) y la dirige Gina Romero. Muy vinculada con la OEA y ha garantizado la participación de miembros de la contrarrevolución cubana y la violenta oposición venezolana en Lima.

Transparencia, Gobierno Abierto y Participación Política. La coordina la opositora venezolana Mercedes de Freitas, que a su vez dirige la organización subversiva Transparencia Venezuela (TV). Sus iniciativas se dirigen a imputar al gobierno bolivariano sobre presuntos casos de corrupción y mal manejo de recursos públicos.

Con sede en EE.UU., la chilena María José Eva es responsable de los programas para América Latina de la Sociedad Presupuestaria Internacional (IBP, en inglés), que recibe fondos de la NED, del Departamento del Reino Unido para el Desarrollo Internacional (UKAID), Open Society y las fundaciones Ford, William y Flora Hewlett y Bill y Melinda Gates. Con esos recursos se auspician proyectos opositores de supuesta transparencia presupuestaria para Venezuela.

Redes Internacionales que Salvan Vidas en Respuesta al Tráfico Humano. La coordinan Fernando Mao y Silvia Di Meo de la organización argentina Ratt Mercosur, que ha financiado la participación de contrarrevolucionarios cubanos en pasadas Cumbres.

Coalición de Organizaciones por los DD.HH. en las Américas. Coordinada por la abogada Elsa Meany del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL). Se vincula a la desestabilización contra países progresistas de la región, en particular Venezuela.

Movimiento por los DD.HH. y Contra la Corrupción que coordina la abogada colombiana Ángela Natalia Yaya-Martello, responsable de la oficina francesa de las Américas en la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH), creada en 1922. Se la asocia con planes de desestabilización en Cuba ?financiados por la FIDH?, con el grupo Comisión Cubana de DDHH y Reconciliación Nacional del contrarrevolucionario Elizardo Sánchez Santa Cruz Pacheco. Ha anunciado que inscribirá a contrarrevolucionarios cubanos y opositores violentos venezolanos en la Cumbre de Lima, para enardecer los ánimos.

En Perú la coalición Transparencia, DD.HH. y Participación capacita en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) a grupos de opositores. La coordinan Paz Peña y la peruana Silvia Rosa Way, que preside la organización Mujeres en Política y al Poder. Está muy vinculada al Secretario de Asuntos Hemisféricos de la OEA, James M. Lambert, supervisor del proyecto PASCA de REDLAD.

Movimiento Afro-Descendiente de las Américas que lidera la peruana Carmen Cecilia Ramírez Rivas del Centro de Desarrollo de la Mujer Negra Peruana. Junto con el colombiano Hernando Viveros Cabezas, representante permanente de REDLAD en Washington, han anunciado su presencia en el foro paralelo de la VIII Cumbre.

Los vínculos de Ramírez con antirrevolucionarios cubanos datan de su relación con el cubano-americano Carlos Quesada, responsable del Programa Cuba en el Instituto por la Igualdad, la Raza y los DD.HH. Se ha documentado que en marzo de 2014 Cecilia Ramírez viajó a La Habana para entregar clandestinamente a la contrarrevolución, bienes para acciones subversivas contra el gobierno cubano.

La NED ha puesto amplios fondos a disposición de Quesada para -supuestamente- atender a afro-descendientes en la isla. Ahí trabaja con el grupo subversivo Global Right, cuya historia se documenta en: http://semanariovoz.com/conspiracion-contra-cuba.

Organización de Mujeres Afro-peruanas (CEDEMUNEP) que declara luchar contra la discriminación. La financian: Global Rights, Kellogg Foundation, Match International Center InteraAmerican Foundation e Italian International Corporation.

Foro Ciudadano de las Américas que coordina la socióloga peruana Molvina Zeballos Manzur, que a su vez preside el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO). Zeballos coordina la subregión Andina del proyecto PASCA, que financian Freedom House y el DoS, para organizar actos de la sociedad civil en la VIII Cumbre.

REDLAD usa a DESCO para facilitar visas a contrarrevolucionarios cubanos y opositores venezolanos, financiados por el DoS y Freedom House, para que se manifiesten en la Cumbre de Lima. El vicepresidente de DESCO, el peruano Eduardo Toche y Molvina Zeballos, organizarán esos actos de la llamada sociedad civil.

Juventud y DD.HH. Frente a la Corrupción y Transparencia en Las Américas que trabaja con la subversiva Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (JUVENTUDLAC). Las coordinan, la contrarrevolucionaria cubana Rosa María Payá, el venezolano Carlos Eduardo Vargas y el mexicano Jonathan Maza Vázquez. Analistas anticipan que JUVENTUDLAC, será una de las agrupaciones más agresivas contra Cuba y Venezuela en la VIII Cumbre. Se espera la presencia de provocadores de esa coalición.

El Rol de los Jóvenes ante la Corrupción y el Desarrollo Sostenible que coordina la argentina María Inés Brogin Alba. Ahí se ha sumado el abogado argentino Sebastián Martí Schuff, quien trabaja para la Defensoría de la Nación y es directivo del Frente Joven de Argentina, por tanto, de la subversiva JUVENTUDLAC.

Partners Global, recibe fondos de la USAID y sostiene que busca "liderar un cambio positivo" regional a través de la Coalición por la Nueva Gobernanza y la Sociedad Civil Fortalecida. El mexicano Luis Gómez Chow coordina la sección para América Latina y el Caribe desde Washington. Chow también dirige otro proyecto financiado por la USAID de 1.6 millones de dólares, para alentar la democracia y la libertad de asociación en la región.

Es significativo que, en este botón de muestra de las OSC patrocinadas por el capital imperial, ninguna haya logrado frenar la corrupción gubernamental, la pobreza ni los fraudes electorales. Tampoco han alentado significativamente el desarrollo o la equidad. Ello evidencia que sus verdaderos objetivos son minar y socavar a los gobiernos anti-imperialistas.

Fuente: Lartillería. Parte de Resistencia Nº371/ Correo del Orinoco
Fotos: Cortesía


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