28OCTUBRE1769 | Nace en Caracas el filósofo y pedagogo Simón Rodríguez, maestro del Libertador


Foto: Simón Rodríguez. Copia moderna, del dibujo elaborado por su discípulo Agustín Guerrero, en Latacunga, Ecuador, circa 1850.
El Libertador: "Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande..."

Prensa MPP- Despacho (Ricardo Antequera / 28.10.22).- El 28 de octubre de 1769 nace en Caracas el maestro Simón Rodríguez, filósofo, pedagogo, preceptor del niño Bolívar. Su obra intelectual y pedagógica es perdurable. Fue un gran pensador que supo interpretar la sociedad colonial hispanoamericana de la época que le tocó vivir. Dedicó su esfuerzo intelectual para formar republicanos. Hombre de ideas revolucionarias, fue uno de los precursores de nuestra Independencia, participando activamente en la Conspiración de Gual y España.

Pedagogo por la libertad

Su valiosa labor pedagógica comienza de manera formal en el mes de mayo de 1791, cuando el Cabildo de Caracas lo acepta para desempeñarse como maestro en la escuela de primeras letras para niños. En esa labor recibe al año siguiente a un niño intranquilo de nombre Simón Bolívar, llevado allí por su tutor para recibir clases con un grupo de niños caraqueños. Dos años después de iniciado el magisterio a su escuela asistían 114 niños a recibir instrucción primaria. Más allá de transmitir conocimientos de primeras letras, su método pedagógico se enfocó en desarrollar completamente al individuo tanto mental como físicamente, enseñando a los niños a pensar, y comprender el tiempo en que vivían.

En 1794, ya con la experiencia de tres años ejerciendo la docencia, dirige al Cabildo de Caracas un compilado titulado "Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de Primeras Letras de Caracas y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento". Este documento era un esbozo crítico sobre la enseñanza colonial que se impartía en la época. El año siguiente ya se manifiesta el carácter rebelde del más célebre de sus estudiantes, cuando decide fugarse de la casa de su tutor, su tío Esteban Palacios, por lo que es llevado a vivir en la casa del maestro Rodríguez bajo su cuidado y dirección.

Precursor de la Independencia

Poniendo en práctica los valores que enseñaba a sus estudiantes, e influenciado determinantemente por el Pensamiento de la Ilustración, participa activamente en la Conspiración de Gual y España debelada en 1797. Junto a los patriotas guaireños Manuel Gual y José María España y el pedagogo español Juan Bautista Picornell, conspiran de forma valiente bajo un programa ideológico y político muy bien organizado, para derrocar el régimen colonial, y establecer la República en Venezuela.

Al debelarse la conspiración escapó para preservar su vida. Durante su exilio adoptó el nombre de Samuel Robinson, para poder despistar y lograr huir de la persecución de las autoridades españolas, que cazaron y ajusticiaron a dos de los cabecillas del movimiento. Así comienza la leyenda del Robinson peregrino de la libertad, llamado muchos años más tarde el Sócrates de Caracas, por su discípulo más ilustre.

Peregrino

Desde su exilio en Jamaica inicia un largo camino para no regresar jamás a Venezuela. De Kingston va a los Estados Unidos donde permanece hasta el año 1800. Se encuentra al año siguiente en Bayona territorio francés fronterizo con España, y posteriormente se traslada a París. En la ciudad luz se encuentra con Bolívar en 1804, allí se empeña por enrumbar su vida y logra comprometerlo definitivamente con el destino político de Hispanoamérica. París fue la cuna del pensamiento político del futuro Libertador.

En abril de 1805 inician juntos un viaje donde recorren desde Lyon a Chambery, y entran a Italia atravesando los Alpes. En Roma junto a otro caraqueño que los acompaña, Fernando Rodríguez del Toro, ascienden el Monte Aventino el 15 de agosto de 1805, para ser testigos del juramento donde Bolívar se consagra a la causa de la Independencia. Al regresar a París los tres caraqueños se separan. Posteriormente inicia un largo peregrinar por Europa que lo lleva a Italia, Prusia, Polonia y Rusia. Se establece en Londres en el año 1823 donde se encuentra con otro maestro caraqueño, el sabio lingüista Andrés Bello.

Regreso a la Colombia de Bolívar

En el año de 1823 decide regresar a América, pero no retorna a Caracas, marca su rumbo hacia territorio de la Nueva Granada, ingresando por el puerto de Cartagena de Indias. Al pisar la tierra liberada por la espada de Bolívar, luego de más de 20 años exiliado, retoma de nuevo su nombre, Simón Rodríguez. El Libertador al enterrase de su regreso le escribe desde Pativilca en Perú: "Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló".

Se encuentra de nuevo con Bolívar en 1825 en la ciudad de Lima, quien lo incorpora en su grupo más cercano de colaboradores. Juntos recorren Perú y Bolivia, allí fue nombrado por Bolívar director de Enseñanza Pública, Ciencias Físicas, Matemáticas y de Artes y director general de Minas, Agricultura y Caminos Públicos de la República Boliviana. En enero del año siguiente Bolívar retorna a Lima y Rodríguez se queda en Bolivia, jamás volverían a encontrarse.

Su impronta filosófica

En la ciudad de Arequipa publica en 1828 su célebre obra Sociedades Americanas, donde muestra su comprensión de la Hispanoamérica que le toco vivir. En este libro al igual que otras tesis, persiste en lo necesario de buscar soluciones propias para los problemas de las nuevas repúblicas. Este concepto se resume en su frase: "La América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno, originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos".

Fue el más fiel defensor de la memoria de Bolívar. En 1830 publica su obra "El Libertador del mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social". En 1834 publica en Chile su libro "Luces y virtudes sociales", exponiendo sus ideas sobre la escuela primaria. Durante su viaje por el puerto de Paita en Perú, visita a Manuela Sáenz, quien está ya anciana y cercana a morir. Los últimos años de su vida los tuvo en Perú, donde rinde la vida en Amatope el 28 de febrero de 1854. Al cumplirse un siglo de su muerte sus restos mortales fueron repatriados y sepultados en el Panteón Nacional.


Foto: Simón Rodríguez. Copia moderna, del dibujo elaborado por su discípulo Agustín Guerrero, en Latacunga, Ecuador, circa 1850.


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