Prensa MPP- Despacho (Ricardo Antequera / 10.12.21).-El 10 de diciembre de 1859 el general Ezequiel Zamora, al frente del Ejército Federal, derrota al Ejército Constitucional en la Batalla de Santa Inés, en Barinas, la primera de tres batallas formales de la Guerra Federal.

El derrocamiento del general José Tadeo Monagas con la Revolución de Marzo en 1858 produjo la restauración en el poder del partido paecista conservador, quienes desataron una persecución contra quienes ejercieron el gobierno durante la primera autocracia liberal de los hermanos José Tadeo y José Gregorio Monagas. Los liberales comenzaron a ser reducidos a prisión y a exiliarse en las islas del Caribe. Con la restauración conservadora se desató una guerra civil que tuvo como escenario los llanos orientales, los Valles de Aragua, la Sierra de Carabobo, y los llanos de Cojedes, Barinas y Portuguesa; donde se hicieron célebres los Indios Guanarito, tomando las armas para defender su derecho a la tierra. El sector que reaccionó contra el gobierno conservador, fueron las masas de campesinos, jornaleros y esclavos libertos sin tierras, quienes se armaron para iniciar una lucha que en febrero de 1859 adoptó la bandera de la Federación.

Pensamiento militar durante la Guerra Federal

Desde el punto de vista estratégico, táctico y logístico, el Ejército Constitucional que defendía al gobierno surgido de la Revolución de Marzo, era un ejército formal, con cuadros de oficiales profesionales formados en la Academia Militar de Matemáticas. Tenía un reclutamiento regular normado por los reglamentos de milicia. Contaba con los recursos económicos y puertos abiertos para importar armas y elementos de guerra. Los mandos superiores del ejército eran viejas glorias de la Guerra de Independencia: Carlos Soublette, Carlos Luis Castelli, José Laurencio Silva, León de Febres Cordero, José Escolástico Andrade, y José Antonio Páez, entre otros de mayor relevancia. Sin embargo esa estructura militar no tenía lo más importante, que es trascendental en el fenómeno de la guerra: no tenía una bandera y un pueblo que la sostuviera.

Al iniciar el conflicto, el Ejército Federal se formó con el conglomerado de campesinos alzados en armas, que operaban en guerrillas en los territorios mencionados, quienes hasta el 20 de febrero de 1859 carecían de un liderazgo militar que los organizara. Para los federales no fue necesario el reclutamiento forzoso de tropas, ya que los hombres se presentaban voluntarios armados con los instrumentos de labrar el campo. No tenían logística, para hacerse de las primeras armas emplearon el mismo método que al inicio de la Independencia: asaltar las guarniciones enemigas para tomar el parque.

El ejército insurgente se formó con dos grandes fuerzas. El Ejército Federal de Occidente al mando del general Ezequiel Zamora, principal líder popular del Partido Liberal, y el único estratega militar que tuvo todo el conflicto. Y el Ejército Federal de Oriente, bajo el mando del prestigioso lancero, el bizarro general Juan Antonio Sotillo, antigua gloria militar de la Independencia, quien ofrendó la sangre de 11 de sus hijos en defensa de la causa liberal.

Características de la Guerra Federal

La Guerra Federal tuvo la característica general de ser una guerra de movimientos. Con un teatro de operaciones nucleado en los principales centros poblados de los llanos occidentales y orientales. A lo largo del todo el conflicto entre marzo de 1858 y hasta la firma del Tratado de Coche en abril de 1863, ocurrieron centenares de acciones de guerra: combates, asaltos a poblados, sitios, escaramuzas. Sin embargo solo ocurrieron tres batallas campales: Santa Inés (1859), Coplé (1860) y Buchivacoa (1862). Finalmente el conflicto produjo el desgaste en la estructura política del gobierno y material del país, teniendo un fin a través de una solución negociada: el Tratado de Coche.

La fórmula que garantiza la victoria en Santa Inés

La Batalla de Santa Inés es una acción táctica en el marco de la Campaña de Barinas, en la que el general Ezequiel Zamora empleó once meses para su preparación. Luego de su desembarco proveniente de Curazao, Zamora organizó una asamblea de ciudadanos para elegir al Presidente del Estado Federal de Coro, convirtiendo a la antigua provincia en el primer Estado revolucionario de la Federación; reservándose él la designación del Comandante de Armas de la Guarnición Militar. Esa misma fórmula la empleó en todos los territorios conquistados: Yaracuy, Barquisimeto, Cojedes, Portuguesa y Barinas. Con el establecimiento de gobiernos autónomos pudo hacerse de recursos económicos para poder importar armas desde el Caribe e introducirlas hasta los teatros de operaciones, y dispuso del contingente para su ejército.

Batalla de Santa Inés en la historia militar de Venezuela

Ese ejército surgido de la muchedumbre campesina, fue entrenado bajo el liderazgo de Zamora, hasta convertirlo en una fuerza militar disciplinada, con capacidad para maniobrar en orden de batalla frente al Ejército Constitucional.

La clave del triunfo fue el apoyo de las operaciones sobre un sistema de fortificación de campaña, donde las trincheras y los parapetos fueron el eje táctico, sobre el cual el Ejército Federal realizó maniobras defensivas. Para desarrollar este complejo sistema, el aporte del coronel José Ignacio Chaquert, oficial del Estado Mayor, fue fundamental, este ingeniero militar tuvo su formación profesional en la Academia Militar de Matemáticas, y apoyó decisivamente al general Zamora en la preparación del campo de batalla.

Finalmente el protagonista de la batalla, fue ese pueblo campesino, que ahora organizado como soldado disciplinado, tuvo la capacidad y el valor para maniobrar en orden disperso, sobre ese complejo sistema de trincheras, para destruir a un ejército formal y poderoso, pero sin moral para la lucha.

La Batalla de Santa Inés simboliza el triunfo del pueblo campesino organizado. Al igual que a veces oímos la frase: ¡hay que volver a Carabobo!, también tengamos presente: ¡debemos volver a Santa Inés!