Las armas en la Batalla de Carabobo | I. El Origen del Ejército Republicano


Mural Bicentenario "La Patria". Fundación Nacional Niño Simón, Caracas, Venezuela
La Guerra de Independencia en Venezuela se inició con la misma estructura militar que España

Prensa MPP- Despacho (Ricardo Antequera/ 08.06.21).- El fenómeno de las armas y su relación con lo tecnológico-militar en la Batalla de Carabobo, amerita conocer el origen del ejército que combatió para establecer la República, en esta nueva entrega de la serie Camino a Carabobo Bicentenario 200, iniciamos una entrega relacionada con las armas utilizadas en la histórica batalla independentista y comprende 4 partes: I. El Origen del Ejército Republicano. II. Las armas de Infantería. III. Las armas de caballería y IV. Las armas de artillería.

La Guerra de Independencia en Venezuela se inició con la misma estructura militar que España había establecido en sus colonias americanas. La última reforma militar, previa al inicio de la guerra, fueron las Ordenanzas del Ejército de Carlos III del año 1768.

En la Capitanía General de Venezuela la metrópolis no tenía un ejército regular, la estructura militar definida por las Ordenanzas funcionaba en base a un sistema de milicias, las cuales eran unidades semi permanentes, reunidas periódicamente para recibir castrametación, instrucción en el manejo del fusil, y evoluciones sobre el terreno de operaciones.

La milicia estaba organizada en batallones y su oficialidad estaba compuesta por la nobleza española y los blancos criollos privilegiados que compraban las patentes de los grados militares a la corona. Su misión era mantener el orden interno en las provincias, garantizar el mantenimiento de la estructura monárquica, y asegurar la defensa del territorio en caso de amenaza enemiga.

Cuando se produce la deposición del capitán general el 19 de abril de 1810, y el inmediato establecimiento de la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, obviamente los mandos de los batallones de milicias eran fieles a la monarquía. Esto es un punto muy importante de analizar, para entender la diferencia entre los hechos del 19 de abril y la Declaración de la Independencia el 5 de julio de 1811. La transición de colonia a República no fue sencilla de lograr. Requirió de un trabajo organizativo decisivo, que comenzó por ganarse la opinión pública de los sectores privilegiados de la sociedad colonial, que eran los depositarios del poder. No hay Independencia sin armas para sostenerla, y esas armas eran empuñadas por hombres con ideas e intereses.

La Junta Suprema funcionó a través de Secretarias para ejercer el gobierno. La Secretaría de Guerra ejercida por el general Lino de Clemente elaboró durante el mes de agosto de 1810, un documento conocido como: Organización militar para la defensa y seguridad de la Provincia de Caracas. Este documento es el acta de nacimiento del ejército de mar y tierra que lucho por establecer la República.

Este plan estratégico elaborado en forma de reglamento, emplazaba tres guarniciones en Caracas, La Guaira y Puerto Cabello para la defensa de la provincia, y establecía la doctrina militar independentista que debía desarrollar la fuerza armada que nacería a partir de entonces, nacería para garantizar la soberanía de las instituciones que más adelante fundaron la República el 5 de julio de 1811

Entendiendo estos elementos fundamentales, podemos inferir entonces que la Guerra de Independencia comenzó con las mismas armas que tenía la corona española en territorio venezolano, es decir que el ejercicio de la soberanía se inició arrebatándole las armas de la mano al poder opresor.

Con este principio, se desarrolló la primera campaña por la Independencia hacia la Provincia de Coro a finales de 1810, que terminó en desastre por su mala conducción y sus resultados. Con la caída del Castillo de Puerto Cabello en julio de 1812, la República se quedó sin armas para continuar la guerra, debido a que ese emplazamiento era el principal "parque" del ejército.

A partir de entonces se inició una verdadera proeza de las fuerzas republicanas por hacerse de armas para continuar la lucha: Sin armas no hay campañas, ni batallas, ni héroes, ni libertad. La fuente de abastecimiento de armas eran dos: traerlas de afuera y quitárselas al enemigo. Aunque la segunda podría parecerles inviable, su puesta en práctica frecuente hizo legendarios el arrojo de muchos combatientes patriotas, asaltando campamentos realistas en la noche y tomando las guarniciones del enemigo para hacerse de parque.

Durante los años 1813-1817 el tema logístico de armas fue una gesta para el ejército y sus principales comandantes. El parque republicano ingresó al territorio durante la Campaña Libertadora de Oriente en enero 1813, en la Campaña Admirable en 1813 en mayo del mismo año, y de las Expediciones de los Cayos en 1816.

La proveniencia de las armas era variada. Las principales armas empleadas durante nuestra Guerra de Independencia las conseguimos no solo en los documentos, sino en nuestros museos nacionales.

De Francia se empleó el fusil Charleville, y el sable de infantería Briquet que se hizo legendario durante las guerras Napoleónicas.

De los Estados Unidos de América se usaron el fusil Harpers Ferry, nombrado así por el arsenal donde era fabricado, el fusil Sprinfield, y el rifle Kentucky.

De la nación germana provino el rifle Jaeger.

De la Gran Bretaña era el fusil Brown Bess con su bayoneta de cubo, y el rifle Baker con su sable bayoneta, estas armas tuvieron una participación protagónica en la Batalla de Carabobo.

Antes de describir técnicamente el armamento usado en la Batalla de Carabobo, vale señalar que la historia conserva documentos que señalan que en la población de Petare en el año de 1811 se estableció una fábrica de fusiles, aunque no se mantuvo en el tiempo porque el rigor de la guerra no lo permitió.

En las antiguas guarniciones españolas emplazadas en el país funcionaban maestranzas, que eran talleres de fundición de metal para cañones de fusil, balas de cañón, balas de fusil, forja de sables, de lanzas, reparación y mantenimiento de fusil, fabricación de pólvora, y embalaje de cartuchos.

Muchos armeros que eran operarios de esta tecnología militar quedaron al servicio del ejército republicano, y fueron ellos lo que tallaron las cajas de los trabucos, sobre las que montaban las llaves de sílex y el mecanismo de los fusiles dañados en su caja, para fabricar esa temible arma de fuego corta, que conocemos como trabuco, que en manos de los independientes hicieron verdaderas hazañas contra el enemigo.

Con la llegada de la Legión Británica vinieron de Inglaterra las armas que el ejército inglés tenía en depósito después del término de las guerras napoleónicas con la derrota de Waterloo en 1815.

De esta forma, comenzaron a llegar regularmente las siguientes armas: para la infantería el fusil Brown Bess con su bayoneta y el respectivo sable de infantería; para la caballería llegaron las carabinas, pistolas, y sables, y la artillería fue dotada de cañones de campaña de calibre de a 4, 6 y 8, con sus respectivas municiones y tren de artillería.

También fue provisto de equipos de maestranza para la reparación de fusiles, turquesas para la fundición de balas de plomo, piedras de chispa, y tornillos de reemplazos y herramientas elaboradas a precisión para el mantenimiento y reparación de los fusiles. Este último elemento ?tornillos de precisión y herramientas a medida? no son otra cosa más que la presencia de la Revolución Industrial materializada en la industria del armamento durante el primer tercio del siglo XIX.



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