Prensa MPP- Despacho (RA/ 18.05.21) El objetivo de la toma de Caracas por el ejército de oriente se había cumplido de acuerdo al plan del Libertador. Los realistas abandonaron la ciudad, y en su persecución el general José Bermúdez también ocupa La Guaira. El 18 de mayo de 1821 la columna del general Bermúdez reanuda las operaciones sobre el enemigo, en esa oportunidad hacia los Valles de Aragua.

Recordemos que la "maniobra de diversión" ordenada por Bolívar consistía en llevar las operaciones en todo el radio de acción de la ciudad de Caracas y sus puntos aledaños, de entrada y salida. El objetivo táctico era simular un despliegue sobre la capital, atrayendo la atención del enemigo, y disminuir así su contingente acampado en las sabanas de Carabobo.

El jefe del ejército español, general Miguel de La Torre pisó el peine y desplazó varios batallones sobre Caracas, ya que pensaba que la intención del Ejército Libertador era liberar a Caracas para ocuparla. Otra "maniobra de diversión" desplegaron los republicanos por el occidente del país, que ejecutó la columna del coronel José de la Cruz Carrillo, aunque de esa acción nos ocuparemos en su oportunidad.

Ese mismo día, 18 de mayo de 1821, el ejército que comanda en persona el general en jefe Simón Bolívar, entraba en la población de Ospino, forzando a los realistas a replegarse en fuga hacia la ciudad de Araure. Territorio conocido palmo a palmo por el Libertador, donde quedó sembrada la gloria de las armas de la República en aquella célebre jornada del 5 de diciembre de 1813 en la Batalla de Araure.

Durante su marcha, Bolívar instruye órdenes relativas a los navíos que patrullaban en el río Apure. En el Archivo del Libertador encontramos un documento fechado el 18 de mayo de 1821 en la población de Boconó de Guanare, donde el Secretario de Guerra Pedro Briceño Méndez le comunica al Gobernador de Barinas las siguientes instrucciones:

"De orden de S.E. el Libertador Presidente, para que dé V.S. las disposiciones convenientes a fin de que regresen inmediatamente a Angostura los buques de guerra que hay en el Apure y no sean ahí de absoluta necesidad. De hecho deben volver al Orinoco todas las lanchas de guerra que son su única defensa, y de las flecheras y caladoras se reservarán para el servicio del Apure las que sean absolutamente indispensables, y no más. S.E. aprovecha también esta ocasión para advertir a V.S. que debe tomar las más serias providencias para impedir en lo sucesivo los desórdenes de que se lamenta el Vicepresidente, y para contener a las autoridades locales en su deber, haciéndolas entrar en el orden y que se abstengan de introducirse en el mando que no les compete, y mucho más de disponer de los efectos y aparejos de nuestra marina, que en cada viaje a Apure pierde su utilidad y queda reducida a nada, causando al Estado gastos inmensos la reparación de estos daños, y privando a la República del servicio de muchos buques, que forman la de¬fensa de nuestro principal canal de comercio".