Cuando el pueblo salió a la calle, comenzó la Revolución. A 29 años del Caracazo! Parte III
Parte III. Las protestas. La Represión. La Revolución
Las Protestas
Este era el "paquete neoliberal" que habían aplicado las dictaduras Chilena (desde 1973) y Argentina (desde 1976) y que tras la llamada "democratización" de los 80?s -auspiciada por el Departamento de Estado Norteamericano- se impuso a las nuevas democracias representativas en América Latina. No obstante, estas medidas neoliberales, como aumento de sueldo, regulación de la canasta básica, liberación de precios, aumento del precio de la gasolina y del transporte, resultaron un completo desastre para la población venezolana, especialmente para las mayorías excluidas. La liberación de la tasa de interés y la determinación del valor del bolívar por el mercado prometían profundizar la depauperación.
Las protestas comenzaron en Guarenas y Guatire debido al abrupto incremento en las tarifas del transporte público. Un sector dominado por "roscas" y mafias, como lo era la Cámara de Transporte, exigía aumento del 70% por lo que convocó a un paro para conseguirlo. Los Transportistas que trabajaron ese día, pretendieron cobrar esa tarifa y desconocieron el Pasaje Estudiantil. El trato grosero y brutal de los transportistas a los usuarios, especialmente a los estudiantes, seria causa de agudos conflictos en los años siguientes, en los que se sucederían secuestros y quemas de camionetas y agresiones de transportistas a estudiantes.
En las condiciones existentes para el 27-F esos abusos eran más de lo que la población podía soportar. A causa de la ola de acaparamiento y especulación desatada por el paquete económico, se produjo la quema de camionetas, bloqueo de avenidas y saqueos masivos de grandes y pequeños comercios que pasaron de la comida y productos básicos, a los electrodomésticos y otros enseres. Las protestas y saqueos irradiaron de Guarenas a varias zonas de Caracas como Caricuao, Nuevo Circo, y posteriormente a otras zonas del área metropolitana y las principales ciudades del interior del país como La Guaira, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Mérida y Ciudad Guayana.
Con el pasar de las horas y los días un poder popular difuso se impuso en varias zonas ue fueron controladas por la gente, grupos organizados de izquierda e incluso malandros. Sin embargo, pese a la continuación de los saqueos y el control popular de barrios y avenidas, no hubo, por la naturaleza del evento, ningún intento de derrocar al gobierno de Pérez.
La Represión
Acostumbrados a lidiar con protestas estudiantiles y grupos de agitadores pequeños, las fuerzas de seguridad del Estado fueron rebasadas por la magnitud de las protestas.
Durante las primeras horas del 27-F, incluso se vio a policías tratando de "organizar" el saqueo, en vista de su incapacidad para impedirlo. Desde la época del fin de la guerrilla, la PM, la Disip, la GN y las policías regionales habían sido las encargadas de enfrentar las protestas de calle. En esta ocasión, fue necesario recurrir al Ejército para reprimir a la población, pues además de la fuerza incontenible de las manifestaciones, el gobierno de Pérez manejaba la hipótesis de una rebelión organizada por grupos armados de izquierda y dirigentes estudiantiles; los directivos de la Disip y la PM estaban obsesionados con esta hipótesis desde el "Marzo Merideño".
Al mediodía del 28 de Febrero, Pérez, en Consejo de Ministros, ordenó a la Guardia Nacional y al Ejército acabar con los disturbios. Se activó el Plan Ávila y se decretó el Estado de Emergencia, por medio del cual fueron suspendidas varias garantías constitucionales por 10 días. Se estableció un toque de queda en todo el territorio nacional y las Fuerzas Armadas asumieron el control del orden público, y la mayor parte de la carga represiva.
Se estima que murieron más 1000 personas, aunque los cálculos más pesimistas hablan de entre 3000 y 5000 muertos. No debe olvidarse que, tras la acometida del Ejército para dispersar las protestas, y los disparos de fusiles y ametralladoras a edificios residenciales, venían los allanamientos de casas, las peinadas de las calles de los barrios y la búsqueda y captura de dirigentes de izquierda. Bloques enteros, en zonas como el 23 de Enero, El Valle y Caricuao, fueron ocupados por la Guardia Nacional y muchas residencias fueron allanadas para "recuperar" electrodomésticos.
En tal ambiente, es natural que prácticas comunes de las policías que avanzaban tras la ofensiva militar, como las palizas, torturas y ejecuciones extrajudiciales, llegaran a los extremos: los prisioneros fueron concentrados en Fuerte Tiuna, y, algunos heridos, rematados en hospitales o privados de atención médica por militares y policías. Debido a las ejecuciones extrajudiciales de heridos y detenidos, y los eventos de los últimos días de la represión, decenas de cadáveres fueron desechados en fosas comunes del sector llamado "La Peste" en el Cementerio General del Sur, sin reconocimiento de ningún tipo.
La Revolución
A partir del Caracazo, un nuevo tipo de luchas sociales surgió en Venezuela: organizaciones populares como mesas de agua, comités de barrios, redes de derechos humanos y otras, crearon agendas de reivindicaciones sociales y lucharon por hacer justicia a las víctimas de la represión. Eventualmente, dentro del Ejército se manifestó el descontento, no solo por el papel que el gobierno de Pérez hizo jugar a los militares, también por la pérdida de la soberanía nacional y las erradas políticas económicas.
Por otro lado, las clases medias, horrorizadas por la furia del Caracazo y la violencia criminal y social de los años siguientes, se dejaron convencer por grupos empresariales ?como el 1BC de Marcel Granier-, de que el puntofijismo sería reemplazado por un gobierno aséptico de empresarios y técnicos. Abrazaron así el discurso neoliberal y comenzaron a hablar de una ?sociedad civil organizada? y productiva, opuesta tanto a la delincuencia y las protestas del pueblo ?perezoso e ignorante?, como a la corrupción e ineficiencia del puntofijismo.
Las condiciones, tanto para el inicio de un proceso constituyente popular y la unidad cívico-militar, como para la alianza entre clases medias y empresariado, estaban ya establecidas tras el Caracazo. Diez años después del 27-F, un gobierno popular llegaría al poder por vía electoral, reconociendo las reivindicaciones sociales de los luchadores de base y eventualmente garantizando justicia y compensaciones a los familiares de las víctimas.
Fuente: Folleto Cuando el pueblo salió a la calle, comenzó la Revolución. MinCI